Cómo
iniciar un discurso
PREPARAR UN COMIENZO
INTERESANTE. ALGO QUE ARREBATE
LA
ATENCIÓN INMEDIATAMENTE
Casi todos los oradores que tengan sentido común y experiencia lo
hacen. Pero el principiante rara vez lo hace. Planear significa
pensar, perder tiempo, tener fuerza de voluntad. El novato generalmente confía en la inspiración del momento, y la consecuencia
es que se halla en un callejón sin salida.
“Prever es
prevalecer”, según Pascal. He aquí un excelente lema para tener sobre el escritorio cuando se planea un
discurso. Preveamos el
comienzo mientras nuestro espíritu esté sereno para medir cada palabra. Preveamos la última impresión que hemos de
dejar, porque, una vez
producida, nada la podrá ya alterar.
Desde los tiempos de Aristóteles, todos los libros que se han escrito sobre este tema han convenido en que la
oración se divide en tres partes: introducción, cuerpo y conclusión. Hasta hace relativamente poco tiempo, la introducción era - y había
razón para ello - la parte más sencilla y
fácil del discurso. Pero las circunstancias han cambiado profundamente. El mundo se
ha reformado. Los inventos han acelerado más el ritmo de la
civilización en estos últimos cien años. Todo esto nos dice de
la prisa creciente que se ha apoderado del mundo. Y el locutor debe entonces ir con ese ritmo impaciente de nuestro siglo. Si hemos de
emplear la introducción que sea lo más breve posible. El principal objetivo en esta etapa es captar la atención. ¡Nada de
retóricas! Si tiene algo interesante que decir, dígalo pronto. Recordemos
el primer discurso que pronunció Emilio Castelar ante un público numeroso. Era ya muy entrada la
noche, habían hablado muchos oradores, y el
público comentaba a
sentir sueño. El comienzo de
su discurso no pudo ser más
directo v breve:
"Señores: Voy a defender las ideas democráticas, si es que deseáis
oírlas.”
NO COMENZAR CON UN CUENTO HUMORÍSTICO
El buen humor en el
discurso no es soplar y hacer botellas. Es menester mucha personalidad, mucha individualidad. Nacemos para humoristas o no nacemos para
humoristas, del mismo modo que nacemos con ojos castaños o con ojos azules.
Recordemos esto: rara vez es el chiste lo que de suyo mueve a risa. El éxito se
debe exclusivamente a la manera de contarlo.
Jamás se debe contar un chiste solo por tener buen humor. Tenía que
venir muy a pelo, debía ejemplificar algún punto. El buen humor debe ser los
confites que adornan el pastel, la crema que le da color, pero no el pastel
mismo. ¿Debe, entonces, el comienzo ser
pesado, torpe, y excesivamente solemne?
De ningún modo. Movamos a risa, si podemos, mediante alguna referencia,
algo que tenga que ver con el momento y la ocasión, o con las ideas de alguna
otra persona.
“Nos dice el “bueno” del señor Malo...” (sobre una persona de apellido
Malo). Pongamos sobre el tapete algún absurdo. Exagerémoslo.
“El hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios (aunque mirándome a mí
es cosa de ponerlo en duda)”, etc. Esto no solo nos hace reír, sino que nos
despierta simpatía por este hombre capaz de chancearse con sus propios defectos
físicos.
Quizá la mejor manera de crear animación sea la de contar un cuento en
que nosotros seamos la víctima. Pintémonos en situación ridícula y apretada.
Esto llega hasta la esencia de lo cómico. Cualquiera puede hacer reír mediante
la asociación de dos o más ideas
discordantes, como por ejemplo la de aquel que decía que “tres males hay que
son inevitables: el olvido, la muerte y los impuestos.”
NO COMENCEMOS CON UNA
DISCULPA
El segundo gran error es éste: disculparse.
“Yo no estoy preparado para hablar”. “Que quieren que les diga”, etc. ¡No lo
hagamos jamás!
Nadie quiere escuchar nuestras excusas. El oyente está para escuchar,
aprender y pasar un rato agradable.
Comencemos entonces con algo interesante en la primera frase. No en la
segunda. Ni en la tercera. ¡En la
PRIMERA ! ¿Cómo? Veamos algunas sugerencias:
DESPERTEMOS LA CURIOSIDAD
Comencemos de manera agradable, que nos atraiga inmediatamente la
atención.
“Hace ochenta años, y aproximadamente por este tiempo, se publicó en
Londres un librito, un cuento, destinado a ser inmortal. Mucha gente lo ha
llamado “el más grande libro pequeño del mundo”... ¿Cuál es ese libro
mundialmente famoso? El Villancico de
Navidad, de Charles Dickens”.
¿No es éste un buen comienzo? ¿Retuvo nuestra atención? ¿Suscitó
nuestro interés a medida que avanzaba? ¿Por qué? ¿No fue acaso porque despertó
nuestro interés y nos mantuvo en suspenso?
La curiosidad. ¿Quién no es sensible a su
influjo?
Despertemos la curiosidad de nuestro auditorio con la primera frase, y
habremos conquistado el interés de su atención.
Definición de una o varias
palabras según la Real
Academia Española (www.rae.es) y luego enlazar con el tema a
exponer. (ver los diarios principales)
- “Lawrence de Arabia era uno de los caracteres más románticos y
pintorescos de la época”...
Este comienzo atrae la atención. Suscita curiosidad: ¿Por qué
romántico? ¿Por qué pintoresco? ¿Nunca he oído hablar de él? ¿Qué hizo?
Queremos enterarnos mejor.
- “¿Saben Uds. que hay diecisiete países en el mundo donde todavía hoy existe la esclavitud?”. No solo despertó
la curiosidad, sino que además asombró a los oyentes. ¿Esclavitud? ¿Hoy?
¿Diecisiete países? ¿Qué países?
También se puede estimular la curiosidad comenzando con un efecto y
dejando a los oyentes ansiosos por conocer la causa. Veamos la siguiente
afirmación:
- “Un legislador propuso la votación de una ley por la que se prohibía
que los renacuajos se convirtiesen en sapos a menos de una cuadra de una
escuela”
Uno se sonríe. ¿Se estará burlando de nosotros? Que absurdo. ¿Ocurrió
realmente semejante cosa?
Veamos otro absurdo semejante:
- “¿Están realmente organizados los ladrones? Generalmente sí. ¿Cómo?
...”
Se recomienda estudiar la técnica desarrollada por algunos locutores
para atraer la atención del oyente inmediatamente (¡Leer los diarios y escuchar la radio!)
¿POR QUE NO COMENZAR CON UNA
NARRACIÓN?
Los novelistas y los cuentistas son, de los hombres de letras, de los
que más ganan. A los oyentes les gusta que les narren cosas interesantes.
Discurso pronunciado por Belisario Roldán en la Cámara de Diputados de la Argentina :
"Señor Presidente: Cuenta una antigua y conocida fábula lugareña, que un buen día el diablo en persona se pavoneaba por el mundo. En una aldea,
donde quién sabe qué travesuras andaba tramitando, lo sorprendió un temporal, y
he aquí que no encontraba el muy ladino otro lugar para asilarse que una
iglesia. Parece que el diablo tenía vergüenza de entrar en la iglesia, pero el
bueno del cura, que lo reconoció, se adelantó a ofrecerle generosa
hospitalidad, asegurándole que la casa de Dios era también la casa de
todos".
Esto gana la atención del auditorio. Esta clase de comienzo es casi
infalible, Tiene movimiento
propio. Camina. Y nosotros vamos detrás. Queremos saber qué va a suceder.
Si el relato pertenece a la
propia experiencia de quien lo narra, esto agrada más aún a los oyentes.
Notemos que todos estos comienzos tienen vivacidad. Inician algo.
Despiertan nuestra curiosidad. Queremos seguir escuchando. Queremos enterarnos
mejor. Queremos saber de qué se trata.
COMENCEMOS CON UN EJEMPLO PRECISO
Es difícil, es arduo, para el oyente medio, seguir proposiciones
abstractas por mucho rato. Los ejemplos son más fáciles de escuchar, mucho más
fáciles. ¿Por qué, entonces, no comenzar
con un ejemplo?
Comencemos con un ejemplo, avivemos el interés; luego continuemos con
observaciones generales.
MOSTREMOS ALGUN OBJETO
Quizá la manera más sencilla
del mundo para atraer la atención sea la de mostrar algún objeto para que el
público lo mire.
A veces se lo puede usar con eficacia delante del auditorio más solemne.
Por ejemplo, iniciar una charla tomando una moneda entre el pulgar y el índice,
y levantando la mano por encima de la cabeza. Desde luego, todos mirarán, y
entonces preguntar:
- “¿Alguien entre ustedes ha
hallado alguna vez una moneda como ésta en la acera?
Ello quiere decir que quien haya tenido esa suerte recibirá
graciosamente muchas más en tal y tal explotación de bienes raíces." Luego
nos internaremos en el tema...
HAGAMOS UNA PREGUNTA
El comienzo anterior tiene otra característica encomiable: se comenzó haciendo una pregunta, logrando que los oyentes y/o televidentes
piensen y cooperen con nosotros.
Notemos que el artículo sobre los bandidos comienza con dos preguntas en
las tres primeras frases: "¿Están organizados los bandidos?... ¿C6mo?".
El uso de este recurso es
uno de los métodos más seguros y sencillos para
abrir la mente de los oyentes y entrarnos en ella. Cuando otras estratagemas
resulten inútiles, recurramos a ésta.
¿POR QUE NO COMENZAR CON UNA
CITA DE ALGUN ORADOR FAMOSO?
Las palabras de un hombre
famoso siempre atraen la atención. Por esto, una cita
apropiada es la mejor manera de iniciar una alocución.
- “Entre todas las palabras humanas - dice Bossuet - no hay ninguna tan
agradable como la palabra libertad, pero tampoco hay otra igualmente engañosa y
alucinadora. Dondequiera que se pronuncia, como no sea entre hombres ruines y
apocados, despierta simpático eco en los corazones; enardece a las almas bien
nacidas; causa en ellas entusiasmos y arrebatamientos, y cuando se trata de
alcanzar o conservar el bien que con ella se significa, es aguijón que las
mueve a todo linaje de sacrificios.”
Como comienzo, tiene este discurso varios rasgos encomiables. El nombre
de Bossuet nos fija la atención, y la cita despierta la curiosidad y la duda.
¿Qué intenciones se trae el orador? ¿Hablará en contra o en favor de la
libertad? ¿Qué quiere decir con esto de alucinadora y engañosa? Si el orador hace una pausa después de la
cita, el efecto es mucho mayor.
Vamos siga ya. Queremos saber su opinión al respecto. Quizá no concuerde con la
nuestra, pero dígala, de todos modos.
VINCULEMOS NUESTRO TEMA CON
AQUELLO POR LO QUE NUESTROS OYENTES SIENTEN
MAYOR INTERES
Comencemos con algún punto
que toque los egoístas intereses de los oyentes.
Esta es una de las mejores maneras de comenzar. No puede menos que atraer la
atención. Todos sentimos el mayor interés por lo que nos atañe grande y
trascendentalmente. Esto no es más que sentido
común. Sin embargo, su aplicación no es nada común. Ejemplo:
En radio se escuchó a un promotor hablar sobre el tema de las
revisaciones periódicas de salud.
Comenzó narrando la historia de la empresa prepaga a la que
pertenecía, la manera en que estaba
organizada y los servicios que prestaba. ¡Absurdo! Los oyentes no tenían el más
mínimo, el más remoto interés en saber cómo estaba organizada la empresa, ni
ningún instituto del mundo; en cambio,
están enormemente y continuamente
interesados en sí mismos.
¿Por qué no comenzar así, o
de un modo parecido?
“¿Saben Uds. cuántos años van a vivir, de acuerdo con las estadísticas?
La probabilidad de vida que Uds. tienen es de dos tercios del tiempo
entre la edad actual y los ochenta
años. Por ejemplo, si un oyente tiene
treinta y cinco años ahora, la diferencia entre su edad actual y los ochenta es
de cuarenta y cinco años; lo probable
entonces es que viva dos tercios de esta cantidad, o sea treinta años más. ¿Es
suficiente esto? No, por cierto. Todos estamos ansiosos por vivir más. Estas
estadísticas, sin embargo, se basan sobre millones de casos. ¿Podemos nosotros
tener esperanzas de superarlas? Sí; tomando las precauciones necesarias,
podemos esperar tal cosa. Pero la primera providencia que debemos dictar es la
de hacernos revisar concienzudamente por el médico...”
Entonces, si explicamos
detalladamente por qué es necesaria la revisación médica periódica, el oyente puede interesarse en
alguna empresa creada especialmente para ese fin. Pero comenzar hablando
sobre la empresa de modo tan impersonal es desastroso.
“¿Saben ustedes que el sonido de una mosca que camina sobre un panel de
vidrio puede ser transmitido por radiotelefonía hasta el corazón de África, y
allí hacerlo bramar como si fuesen las
cataratas del Niágara?”
Una introducción sobre la
situación criminal:
"La administraci6n de nuestro código penal es una vergüenza para la
civilización”
Sobre el crimen en los EEUU:
"Los norteamericanos son los mayores criminales del mundo. Aunque
parezca esto extraño, es la verdad. La ciudad de Cleveland tiene seis veces más
criminales que todo Londres. Tiene ciento setenta veces más ladrones, de
acuerdo con su población, que la capital de Inglaterra. Roban o asaltan con
fines de robo a más gente en Cleveland que en Inglaterra, Escocia y Gales
juntas.
Hay más
asesinos en Nueva York que en toda Francia o Alemania o Italia o las Islas
Británicas. Lo más lamentable de todo esto es que el criminal no es
castigado. Si alguien comete un crimen,
hay cien probabilidades contra una de que no se le ejecutará. Cualquiera de nosotros, como pacíficos
ciudadanos, tiene diez veces más probabilidades de morir de cáncer, que de
morir colgado por matar a un hombre.”
Este comienzo da además un mejor resultado si se le pone el necesario vigor y vehemencia
en las palabras.
EL VALOR DE UN COMIENZO APARENTEMENTE CASUAL
Discurso pronunciado por
Indalecio Prieto, durante su última visita a la Argentina en 1939:
"Días atrás, durante una mañana
espléndida, quienes constituíamos la embajada extraordinaria que en
representación de España había concurrido a la transmisión del mando
presidencial en Chile, navegábamos por los aires desde Chile a la Argentina. Al
remontar los Andes, el sol hacía rebrillar las tierras bermejas de las cumbres,
sobre las cuales montaba altaneramente su centinela, tocado de blanco, el
Aconcagua. Refulgía, bruñido por el sol,
el aparato en que navegábamos,
y cuando, poco después, transpuesta la majestuosa
cordillera, asomamos sobre las llanuras mendocinas, hubimos de distinguir que a
la par del cóndor de plata que a nosotros nos traía volaba abajo, a ras de
tierra, siguiendo nuestro mismo trayecto, un gran pájaro negro. El avión, para
ganar suavidad en el descenso, describió varias circunferencias en derredor de
Mendoza, y el pájaro grande que volaba a ras de tierra siguió ante nosotros, sumisamente sometido a nuestro recorrido,
hasta que, al fin, cuando el avión se pasó en Los Tamarindos, el pájaro negro
desapareció. El avión se fundió en él, embebiéndolo, besándolo. El pájaro que
nosotros distinguíamos era el perfil, la sombra del aeroplano proyectada por el
sol."
Luego el orador abandonó aparentemente esta alusión, y continuó con la descripción del
aterrizaje en Mendoza, primeras impresiones, etc. Enseguida, relacionándolo con
este aterrizaje, entró en el tema de su conferencia, que era La
actitud de los rebeldes ante las tradiciones españolas. Y terminó así:
"¡ ... Recuerdo la sombra del pájaro oscuro que volaba por debajo
de nosotros, a ras de tierra: la sombra del avión con la cual éste se fundió, a
la cual éste besó, en la cual se embebió.
Me imaginaba yo, abriéndoseme el corazón ante el paisaje argentino, que
el avión interpuesto entre el sol y la tierra, los reflejos de cuyas alas de
plata acariciaban las nieves del Aconcagua y chispeaban en las tierras rojizas
de las cumbres, cuando el avión y la sombra se besaron, me parecía que también
se fundían en el abrazo y en el beso España, la inmortal, la eterna, y América,
que empieza también a caminar por la senda de la eternidad!”
Además :
Con datos y/o estadísticas.
Con una admiración: ¡Suben las tarifas telefónicas!
Con una frase ingeniosa: El machismo hay que cortarlo de raíz, parece haber dicho la
ecuatoriana Lorena Bobbit, cuando tomó un cuchillo de cocina...
Con una cita directa: “Todavía no me muero “, declaró el presidente ruso Boris Yeltsin
abordado por los periodistas
Con una refrán: Quien mal anda, mal acaba. Ciudad de México. El conocido
narcotraficante García Abrego, jefe del Cartel del Golfo, fue apresado ayer...
Con una descripción: Casas de chapa, sin agua, sin luz ni gas, sin medicinas...
Con un retrato: Julián, de 24 años, graduado en medicina, desempleado, conduce un taxi
por las avenidas de Buenos Aires...
SUMARIO
1. Un buen comienzo es difícil. Y es de suma importancia porque la mente de
nuestros oyentes está fresca entonces y es relativamente fácil de impresionar. Es demasiado trascendental para dejarlo al
azar. Es menester prepararlo cuidadosamente de antemano.
2. La introducción debe ser
breve; constará, a lo sumo, de una o dos frases. Entremos en
el corazón de nuestro tema con el menor número posible de palabras. Nadie se opondrá.
3. Los principiantes están propensos a empezar con un cuento humorístico. o
con una excusa. Ambos comienzos son malos. Muy pocas
personas pueden narrar una anécdota humorística con éxito. Los cuentos deben venir a pelo. No pidamos disculpas jamás. Es afrentar al auditorio; les aburre. Vayamos al grano, digamos lo que tenemos que decir y finalicemos.
4. El orador puede atraer inmediatamente la atención de los oyentes de los siguientes
modos:
a) Despertando la curiosidad
b) Relatando una narración
de interés
c) Comenzando con un ejemplo
determinante
d) Atrayendo la atención con
un objeto
e) Haciendo una pregunta
f) Comenzando con una cita
certera.
g) Mostrando como el tema
afecta los intereses de los oyentes. (Ejemplo: "La probabilidad de vida es
de dos tercios del tiempo entre la edad actual y los ochenta años, etc., etc.)
h) Comencemos con
afirmaciones sorprendentes. (Ejemplo: "La administración de nuestro código
penal es una vergüenza para la civilización.”)
5. No hagamos muy formal el
comienzo. Hagámoslo aparecer desembarazado, inevitable, fruto de la
casualidad. Esto se puede lograr refiriéndose a algo que acaba de ocurrir, o
que ha sido dicho poco antes. (Ejemplo: "Días atrás, durante una mañana
espléndida...”)
- Castelar, Emilio
Castelar y Ripoll
(Emilio), orador, político y escritor español, n. en Cádiz (1832-3899);
profesor de historia en la
Universidad central, no tardó en revelar su talento de orador
con una hermosa serie de conferencias sobre
La civilización en los cuatro primeros siglos del cristianismo. Al mismo tiempo afirmaba sus
opiniones políticas en un notable folleto sobre Las ideas democráticas. En 1863 fundó el periódico La Democracia , de
tendencia claramente republicana.
Después de
abandonar la direcci6n del partido
republicano, siguió siendo
diputado hasta haber conseguido
el voto del sufragio universal, y
se entregó sobre todo a sus trabajos literarios. Entre sus obras merecen citarse: Don Alfonso el Sabio, Ernesto, La hermana de la Caridad , Recuerdos de
Italia, Vida de Lord Byron, e Historia del movimiento republicano en Europa. Aunque cabe considerar a Castelar
como historiador, fue sobre todo orador y en sus arengas políticas, sus
conferencias y sus famosos discursos parlamentarios está lo mejor de su obra.
- Dickens, Charles
Dickens (Carlos),
célebre novelista ingles. n. en Landport (18I2-1870). En sus numerosas novelas
declara una guerra encarnizada al egoísmo y a la hipocresía. y se burla
amargamente de la sociedad británica entera; citaremos entre las más notables:
Las aventuras del Sr. Picwick, Nicolás Nickleby, David Copperfield, etc.
- Bossuet, Jacobo Benigno
Bossuet (Jacobo Benigno), obispo de Meaux, n. en
Dijón (1627-1704), orador sagrado, acaso el más notable de Francia. Sus Sermones, así como sus Oraciones fúnebres, cuentan entre los más bellos monumentos de la elocuencia
sagrada. Nombrado preceptor del Delfin, escribió para su discípulo un Discurso sobre la Historia
universal y una Política sacada de la Sagrada Escritura
donde defiende el derecho divino de los reyes. En su obra sobre las Variaciones de las Iglesias protestantes, se muestra excelente
historiador, aunque no siempre imparcial. Combatió hasta el fin de su vida el
quietismo en la persona de Fenelón.
- Roldán, Belisario
Roldán (Belisario),
reputado orador y escritor argentino, n. en Córdoba (1873-1923), autor
dramático, poeta y prosista preciosista y hasta un poco decadente, de un estilo
coloreado, musical y rico en imágenes.
Entre sus obras figuran los poemas Llamas
de la noche, Letanías de la noche, Bajo la
toca de lino y La senda encantada;
los dramas en verso El puñal de los
troveros, El señor corregidor y Hacia las cumbres y, aparte otros
ensayos y estudios, Cuentos de amargura,
Cuando muere el día y El dolor
Argentino.
- Prieto Tuero, Indalecio
Locutor y político español, n. en 1883, uno de los
miembros más representativos del partido socialista. Contribuyó no poco a
derribar la monarquía y participó en los distintos gobiernos republicanos que
se sucedieron desde 1931 a
1934 y en 1936.
No hay comentarios:
Publicar un comentario