jueves, 5 de julio de 2012

Cómo iniciar un discurso


Cómo iniciar un discurso

PREPARAR UN  COMIENZO  INTERESANTE. ALGO  QUE  ARREBATE  LA ATENCIÓN  INMEDIATAMENTE
Casi todos los oradores que tengan sentido común y experiencia lo hacen. Pero el principiante rara vez lo hace. Planear significa pensar, perder tiempo, tener fuerza de voluntad. El novato generalmente confía en la inspiración del momento, y la consecuencia es que se halla en un callejón sin salida.
“Prever es prevalecer”, según Pascal. He aquí un excelente lema para tener sobre el escritorio cuando se planea un discurso. Preveamos el comienzo mientras nuestro espíritu esté sereno para medir cada palabra. Preveamos la última impresión que hemos de dejar, porque, una vez producida, nada la podrá ya alterar.
Desde los tiempos de Aristóteles, todos los libros que se han escrito sobre este tema han convenido en que la oración se divide en tres partes: introducción, cuerpo y conclusión. Hasta hace relativamente poco tiempo, la introducción era - y había razón para ello - la parte más sencilla y    fácil del discurso. Pero las circunstancias han cambiado profundamente. El mundo se ha reformado. Los inventos han acelerado más el ritmo de la civilización en estos últimos cien años. Todo esto nos dice de la prisa creciente que se ha apoderado del mundo. Y el locutor debe entonces ir con ese ritmo impaciente de nuestro siglo. Si hemos de emplear la introducción que sea lo más breve posible. El principal objetivo en esta etapa es captar la atención. ¡Nada de retóricas! Si tiene algo interesante que decir, dígalo pronto. Recordemos el primer discurso que pronunció Emilio Castelar ante un público numeroso. Era ya muy entrada la noche, habían hablado muchos oradores, y el público comentaba a sentir sueño. El comienzo de su discurso no pudo ser más directo v breve:
"Señores: Voy a defender las ideas democráticas, si es que deseáis oírlas.”

NO COMENZAR CON UN CUENTO HUMORÍSTICO
El buen humor en el discurso no es soplar y hacer botellas. Es menester mucha personalidad, mucha individualidad. Nacemos para humoristas o no nacemos para humoristas, del mismo modo que nacemos con ojos castaños o con ojos azules. Recordemos esto: rara vez es el chiste lo que de suyo mueve a risa. El éxito se debe exclusivamente a la manera de contarlo.
Jamás se debe contar un chiste solo por tener buen humor. Tenía que venir muy a pelo, debía ejemplificar algún punto. El buen humor debe ser los confites que adornan el pastel, la crema que le da color, pero no el pastel mismo. ¿Debe, entonces,  el comienzo ser pesado, torpe, y excesivamente solemne?
De ningún modo. Movamos a risa, si podemos, mediante alguna referencia, algo que tenga que ver con el momento y la ocasión, o con las ideas de alguna otra persona.
“Nos dice el “bueno” del señor Malo...” (sobre una persona de apellido Malo). Pongamos sobre el tapete algún absurdo. Exagerémoslo.
“El hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios (aunque mirándome a mí es cosa de ponerlo en duda)”, etc. Esto no solo nos hace reír, sino que nos despierta simpatía por este hombre capaz de chancearse con sus propios defectos físicos. 
Quizá la mejor manera de crear animación sea la de contar un cuento en que nosotros seamos la víctima. Pintémonos en situación ridícula y apretada. Esto llega hasta la esencia de lo cómico. Cualquiera puede hacer reír mediante la asociación de  dos o más ideas discordantes, como por ejemplo la de aquel que decía que “tres males hay que son inevitables: el olvido, la muerte y los impuestos.”



NO COMENCEMOS CON UNA DISCULPA
El segundo gran error es éste: disculparse. “Yo no estoy preparado para hablar”. “Que quieren que les diga”, etc. ¡No lo hagamos jamás!
Nadie quiere escuchar nuestras excusas. El oyente está para escuchar, aprender y pasar un rato agradable.
Comencemos entonces con algo interesante en la primera frase. No en la segunda. Ni en la tercera. ¡En la PRIMERA! ¿Cómo? Veamos algunas sugerencias:

DESPERTEMOS LA CURIOSIDAD
Comencemos de manera agradable, que nos atraiga inmediatamente la atención.
“Hace ochenta años, y aproximadamente por este tiempo, se publicó en Londres un librito, un cuento, destinado a ser inmortal. Mucha gente lo ha llamado “el más grande libro pequeño del mundo”... ¿Cuál es ese libro mundialmente famoso? El Villancico de Navidad, de Charles Dickens”.
¿No es éste un buen comienzo? ¿Retuvo nuestra atención? ¿Suscitó nuestro interés a medida que avanzaba? ¿Por qué? ¿No fue acaso porque despertó nuestro interés y nos mantuvo en suspenso?
La curiosidad. ¿Quién no es sensible a su influjo?
Despertemos la curiosidad de nuestro auditorio con la primera frase, y habremos conquistado el interés de su atención.

Definición de una o varias palabras según la Real Academia Española (www.rae.es) y luego enlazar con el tema a exponer. (ver los diarios principales)

- “Lawrence de Arabia era uno de los caracteres más románticos y pintorescos de la época”...
Este comienzo atrae la atención. Suscita curiosidad: ¿Por qué romántico? ¿Por qué pintoresco? ¿Nunca he oído hablar de él? ¿Qué hizo? Queremos enterarnos mejor.

- “¿Saben Uds. que hay diecisiete países en el mundo donde todavía  hoy existe la esclavitud?”. No solo despertó la curiosidad, sino que además asombró a los oyentes. ¿Esclavitud? ¿Hoy? ¿Diecisiete países? ¿Qué países?

También se puede estimular la curiosidad comenzando con un efecto y dejando a los oyentes ansiosos por conocer la causa. Veamos la siguiente afirmación:
- “Un legislador propuso la votación de una ley por la que se prohibía que los renacuajos se convirtiesen en sapos a menos de una cuadra de una escuela”
Uno se sonríe. ¿Se estará burlando de nosotros? Que absurdo. ¿Ocurrió realmente semejante cosa?

Veamos otro absurdo semejante:
- “¿Están realmente organizados los ladrones? Generalmente sí. ¿Cómo? ...”
Se recomienda estudiar la técnica desarrollada por algunos locutores para atraer la atención del oyente inmediatamente (¡Leer los diarios y escuchar la radio!)

¿POR QUE NO COMENZAR CON UNA NARRACIÓN?
Los novelistas y los cuentistas son, de los hombres de letras, de los que más ganan. A los oyentes les gusta que les narren cosas interesantes.
Discurso pronunciado por Belisario Roldán en la Cámara de Diputados de la Argentina:
"Señor Presidente: Cuenta una antigua y conocida fábula lugareña, que un buen día el diablo en persona se pavoneaba por el mundo. En una aldea, donde quién sabe qué travesuras andaba tramitando, lo sorprendió un temporal, y he aquí que no encontraba el muy ladino otro lugar para asilarse que una iglesia. Parece que el diablo tenía vergüenza de entrar en la iglesia, pero el bueno del cura, que lo reconoció, se adelantó a ofrecerle generosa hospitalidad, asegurándole que la casa de Dios era también la casa de todos".

Esto gana la atención del auditorio. Esta clase de comienzo es casi infalible, Tiene movimiento propio. Camina. Y nosotros vamos detrás. Queremos saber qué va a suceder.
Si el relato pertenece a la propia experiencia de quien lo narra, esto agrada más aún a los oyentes.
Notemos que todos estos comienzos tienen vivacidad. Inician algo. Despiertan nuestra curiosidad. Queremos seguir escuchando. Queremos enterarnos mejor. Queremos saber de qué se trata.

COMENCEMOS CON UN EJEMPLO PRECISO
Es difícil, es arduo, para el oyente medio, seguir proposiciones abstractas por mucho rato. Los ejemplos son más fáciles de escuchar, mucho más fáciles. ¿Por qué, entonces, no comenzar con un ejemplo?
Comencemos con un ejemplo, avivemos el interés; luego continuemos con observaciones generales.

MOSTREMOS ALGUN OBJETO
Quizá la manera más sencilla del mundo para atraer la atención sea la de mostrar algún objeto para que el público lo mire.
A veces se lo puede usar con eficacia delante del auditorio más solemne. Por ejemplo, iniciar una charla tomando una moneda entre el pulgar y el índice, y levantando la mano por encima de la cabeza. Desde luego, todos mirarán, y entonces preguntar:
- “¿Alguien entre ustedes ha hallado alguna vez una moneda como ésta en la acera?
Ello quiere decir que quien haya tenido esa suerte recibirá graciosamente muchas más en tal y tal explotación de bienes raíces." Luego nos internaremos en el tema...

HAGAMOS UNA PREGUNTA
El comienzo anterior tiene otra característica encomiable: se comenzó haciendo una pregunta, logrando que los oyentes y/o televidentes piensen y cooperen con nosotros.
Notemos que el artículo sobre los bandidos comienza con dos preguntas en las tres primeras frases: "¿Están organizados los bandidos?...  ¿C6mo?".
El uso de este recurso es uno de los métodos más seguros y sencillos para abrir la mente de los oyentes y entrarnos en ella. Cuando otras estratagemas resulten inútiles, recurramos a ésta.

¿POR QUE NO COMENZAR CON UNA CITA DE ALGUN ORADOR FAMOSO?
Las palabras de un hombre famoso siempre atraen la atención. Por esto, una cita apropiada es la mejor manera de iniciar una alocución.
- “Entre todas las palabras humanas - dice Bossuet - no hay ninguna tan agradable como la palabra libertad, pero tampoco hay otra igualmente engañosa y alucinadora. Dondequiera que se pronuncia, como no sea entre hombres ruines y apocados, despierta simpático eco en los corazones; enardece a las almas bien nacidas; causa en ellas entusiasmos y arrebatamientos, y cuando se trata de alcanzar o conservar el bien que con ella se significa, es aguijón que las mueve a todo linaje de sacrificios.”


Como comienzo, tiene este discurso varios rasgos encomiables. El nombre de Bossuet nos fija la atención, y la cita despierta la curiosidad y la duda. ¿Qué intenciones se trae el orador? ¿Hablará en contra o en favor de la libertad? ¿Qué quiere decir con esto de alucinadora y engañosa? Si el orador hace una pausa después de la cita, el efecto es mucho mayor. Vamos siga ya. Queremos saber su opinión al respecto. Quizá no concuerde con la nuestra, pero dígala, de todos modos.

VINCULEMOS NUESTRO TEMA CON AQUELLO POR LO QUE NUESTROS OYENTES SIENTEN  MAYOR INTERES
Comencemos con algún punto que toque los egoístas intereses de los oyentes. Esta es una de las mejores maneras de comenzar. No puede menos que atraer la atención. Todos sentimos el mayor interés por lo que nos atañe grande y trascendentalmente.  Esto no es más que sentido común. Sin embargo, su aplicación no es nada común. Ejemplo:
En radio se escuchó a un promotor hablar sobre el tema de las revisaciones periódicas de salud.  Comenzó narrando la historia de la empresa prepaga a la que pertenecía,  la manera en que estaba organizada y los servicios que prestaba. ¡Absurdo! Los oyentes no tenían el más mínimo, el más remoto interés en saber cómo estaba organizada la empresa, ni ningún instituto del mundo; en cambio, están enormemente y continuamente interesados en sí mismos.
¿Por qué no comenzar así, o de un modo parecido? 
“¿Saben Uds. cuántos años van a vivir, de acuerdo con las estadísticas?
La probabilidad de vida que Uds. tienen es de dos tercios del tiempo entre la edad actual  y los ochenta años.  Por ejemplo, si un oyente tiene treinta y cinco años ahora, la diferencia entre su edad actual y los ochenta es de cuarenta y cinco años;  lo probable entonces es que viva dos tercios de esta cantidad, o sea treinta años más. ¿Es suficiente esto? No, por cierto. Todos estamos ansiosos por vivir más. Estas estadísticas, sin embargo, se basan sobre millones de casos. ¿Podemos nosotros tener esperanzas de superarlas? Sí; tomando las precauciones necesarias, podemos esperar tal cosa. Pero la primera providencia que debemos dictar es la de hacernos revisar concienzudamente por el médico...”
Entonces, si explicamos detalladamente por qué es necesaria la revisación médica periódica, el oyente puede interesarse en alguna empresa creada especialmente para ese fin. Pero comenzar hablando sobre la empresa de modo tan impersonal es desastroso.

LA ATRACCION QUE EJERCE UNA AFIRMACION SORPRENDENTE Y EXTRAORDINARIA
“¿Saben ustedes que el sonido de una mosca que camina sobre un panel de vidrio puede ser transmitido por radiotelefonía hasta el corazón de África, y allí hacerlo bramar como si  fuesen las cataratas del Niágara?”
Una introducción sobre la situación criminal:
"La administraci6n de nuestro código penal es una vergüenza para la civilización”
Sobre el crimen en los EEUU:
"Los norteamericanos son los mayores criminales del mundo. Aunque parezca esto extraño, es la verdad. La ciudad de Cleveland tiene seis veces más criminales que todo Londres. Tiene ciento setenta veces más ladrones, de acuerdo con su población, que la capital de Inglaterra. Roban o asaltan con fines de robo a más gente en Cleveland que en Inglaterra, Escocia y Gales juntas.
Hay más asesinos en Nueva York que en toda Francia o Alemania o Italia o las Islas Británicas. Lo más lamentable de todo esto es que el criminal no es castigado.  Si alguien comete un crimen, hay cien probabilidades contra una de que no se le ejecutará.  Cualquiera de nosotros, como pacíficos ciudadanos, tiene diez veces más probabilidades de morir de cáncer, que de morir colgado por matar a un hombre.”

Este comienzo da además un  mejor resultado  si se le pone el necesario vigor y vehemencia en las palabras.

EL VALOR DE UN COMIENZO APARENTEMENTE CASUAL
Discurso pronunciado por Indalecio Prieto, durante su última visita a la Argentina en 1939:
"Días atrás, durante una mañana espléndida, quienes constituíamos la embajada extraordinaria que en representación de España había concurrido a la transmisión del mando presidencial en Chile, navegábamos por los aires desde Chile a la Argentina. Al remontar los Andes, el sol hacía rebrillar las tierras bermejas de las cumbres, sobre las cuales montaba altaneramente su centinela, tocado de blanco, el Aconcagua. Refulgía, bruñido por el sol,  el aparato en  que  navegábamos,  y  cuando,  poco después, transpuesta la majestuosa cordillera, asomamos sobre las llanuras mendocinas, hubimos de distinguir que a la par del cóndor de plata que a nosotros nos traía volaba abajo, a ras de tierra, siguiendo nuestro mismo trayecto, un gran pájaro negro. El avión, para ganar suavidad en el descenso, describió varias circunferencias en derredor de Mendoza, y el pájaro grande que volaba a ras de tierra  siguió ante nosotros,  sumisamente sometido a nuestro recorrido, hasta que, al fin, cuando el avión se pasó en Los Tamarindos, el pájaro negro desapareció. El avión se fundió en él, embebiéndolo, besándolo. El pájaro que nosotros distinguíamos era el perfil, la sombra del aeroplano proyectada por el sol."

Luego el orador abandonó aparentemente esta alusión, y continuó con la descripción del aterrizaje en Mendoza, primeras impresiones, etc. Enseguida, relacionándolo con este aterrizaje, entró en el tema de su conferencia, que era La actitud de los rebeldes ante las tradiciones españolas.   Y terminó así:

"¡ ... Recuerdo la sombra del pájaro oscuro que volaba por debajo de nosotros, a ras de tierra: la sombra del avión con la cual éste se fundió, a la cual éste besó, en la cual se embebió.
Me imaginaba yo, abriéndoseme el corazón ante el paisaje argentino, que el avión interpuesto entre el sol y la tierra, los reflejos de cuyas alas de plata acariciaban las nieves del Aconcagua y chispeaban en las tierras rojizas de las cumbres, cuando el avión y la sombra se besaron, me parecía que también se fundían en el abrazo y en el beso España, la inmortal, la eterna, y América, que empieza también a caminar por la senda de la eternidad!”

Además :
Con datos y/o estadísticas.
Con una admiración: ¡Suben las tarifas telefónicas!
Con una frase ingeniosa: El machismo hay que cortarlo de raíz, parece haber dicho la ecuatoriana Lorena Bobbit, cuando tomó un cuchillo de cocina...
Con una cita directa: “Todavía no me muero “, declaró el presidente ruso Boris Yeltsin abordado por los periodistas
Con una refrán: Quien mal anda, mal acaba. Ciudad de México. El conocido narcotraficante García Abrego, jefe del Cartel del Golfo, fue apresado ayer...
Con una descripción: Casas de chapa, sin agua, sin luz ni gas, sin medicinas...
Con un retrato: Julián, de 24 años, graduado en medicina, desempleado, conduce un taxi por las avenidas de Buenos Aires...








SUMARIO

1.   Un buen comienzo es difícil. Y es de suma importancia porque la mente de nuestros oyentes está fresca entonces y es relativamente fácil de impresionar. Es demasiado trascendental para dejarlo al azar. Es menester prepararlo cuidadosamente de antemano.
2.   La introducción debe ser breve;  constará, a lo sumo, de una o dos frases. Entremos en el corazón de nuestro tema con el menor número posible de palabras. Nadie se opondrá.
3.   Los principiantes están propensos a empezar con un cuento humorístico. o con una excusa. Ambos comienzos son malos. Muy  pocas personas pueden narrar una anécdota humorística con éxito. Los cuentos deben venir a pelo. No pidamos disculpas jamás. Es afrentar al auditorio; les aburre. Vayamos al grano, digamos lo que tenemos que decir y finalicemos.
4.   El  orador puede atraer inmediatamente la atención de los oyentes de los siguientes modos:
a) Despertando la curiosidad
b) Relatando una narración de interés
c) Comenzando con un ejemplo determinante
d) Atrayendo la atención con un objeto
e) Haciendo una pregunta
f) Comenzando con una cita certera.
g) Mostrando como el tema afecta los intereses de los oyentes. (Ejemplo: "La probabilidad de vida es de dos tercios del tiempo entre la edad actual y los ochenta años, etc., etc.)
h) Comencemos con afirmaciones sorprendentes. (Ejemplo: "La administración de nuestro código penal es una vergüenza para la civilización.”)
5. No hagamos muy formal el comienzo. Hagámoslo aparecer desembarazado, inevitable, fruto de la casualidad. Esto se puede lograr refiriéndose a algo que acaba de ocurrir, o que ha sido dicho poco antes. (Ejemplo: "Días atrás, durante una mañana espléndida...”)

- Castelar, Emilio
Castelar y Ripoll (Emilio), orador, político y escritor español, n. en Cádiz (1832-3899); profesor de historia en la Universidad central, no tardó en revelar su talento de orador con una hermosa serie de conferencias sobre  La civilización en los  cuatro primeros siglos del cristianismo. Al mismo tiempo afirmaba sus opiniones políticas en un notable folleto sobre Las ideas democráticas. En 1863 fundó el periódico La Democracia, de tendencia claramente republicana. 
Después de abandonar la direcci6n del partido  republicano,  siguió siendo diputado hasta  haber  conseguido  el  voto del sufragio universal, y se entregó sobre todo a sus trabajos literarios.  Entre sus obras merecen citarse: Don Alfonso el Sabio, Ernesto, La hermana de la Caridad, Recuerdos de Italia, Vida de Lord Byron, e Historia del movimiento republicano en Europa. Aunque cabe considerar a Castelar como historiador, fue sobre todo orador y en sus arengas políticas, sus conferencias y sus famosos discursos parlamentarios está lo mejor de su obra.

- Dickens, Charles
Dickens (Carlos), célebre novelista ingles. n. en Landport (18I2-1870). En sus numerosas novelas declara una guerra encarnizada al egoísmo y a la hipocresía. y se burla amargamente de la sociedad británica entera; citaremos entre las más notables: Las aventuras del Sr. Picwick, Nicolás Nickleby, David Copperfield, etc.

- Bossuet, Jacobo Benigno
Bossuet  (Jacobo Benigno), obispo de Meaux, n. en Dijón (1627-1704), orador sagrado, acaso el más notable de Francia. Sus Sermones, así como sus Oraciones fúnebres, cuentan entre los más bellos monumentos de la elocuencia sagrada. Nombrado preceptor del Delfin, escribió para su discípulo un Discurso sobre la Historia universal y una Política sacada de la Sagrada Escritura donde defiende el derecho divino de los reyes. En su obra sobre las Variaciones de las Iglesias protestantes, se muestra excelente historiador, aunque no siempre imparcial. Combatió hasta el fin de su vida el quietismo en la persona de Fenelón.

- Roldán, Belisario
Roldán (Belisario), reputado orador y escritor argentino, n. en Córdoba (1873-1923), autor dramático, poeta y prosista preciosista y hasta un poco decadente, de un estilo coloreado, musical y rico en  imágenes. Entre sus obras figuran los poemas Llamas de la noche, Letanías de la noche, Bajo la toca de lino y La senda encantada; los dramas en verso El puñal de los troveros, El señor corregidor y Hacia las cumbres y, aparte otros ensayos y estudios, Cuentos de amargura, Cuando muere el día y El dolor Argentino.

- Prieto Tuero, Indalecio
Locutor y político español, n. en 1883, uno de los miembros más representativos del partido socialista. Contribuyó no poco a derribar la monarquía y participó en los distintos gobiernos republicanos que se sucedieron desde 1931 a 1934 y en 1936.

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