domingo, 1 de julio de 2012

EL DEPORTE Y SUS CONCEPCIONES


Subsecretaría de Educación. Dirección Provincial de Enseñanza. 1
Dirección de Educación Física. Provincia de Buenos Aires.
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1-EL DEPORTE Y SUS CONCEPCIONES El deporte es un constructo cultural, existente a través de múltiples manifestaciones. Sin embargo, uno de los problemas con que el hombre de hoy se encuentra al hablar de deporte, es saber realmente de qué está hablando.
Filósofos, sociólogos, entrenadores, psicólogos del deporte, profesores de educación física, entre muchos otros estudiosos del tema, encuentran grandes dificultades para definir finalmente al deporte y, además, organizar o sistematizar de un modo coherente el campo de manifestaciones que comprende, para trasponerlo didácticamente en el ámbito escolar.
Ciertos elementos son compartidos como sustentos conceptuales, pero es difícil llegar a una sola y exacta definición, profunda y, al mismo tiempo, abarcadora, debido a los múltiples factores que se involucran.
1-1 ¿QUÉ ES EL DEPORTE? Etimológicamente, encontramos el siguiente origen de esta palabra, tan común y tan abierta a diferentes interpretaciones: “DEPORTE. (de deportarse, divertirse, recrearse). M. Recreación, diversión, pasatiempo, por lo común al aire libre.”[4]
Para el deportólogo italiano Ferruccio Antonelli: "Es deporte cualquier actividad humana que incluya en forma integrada, tres elementos: juego, agonismo y movimiento."
En la amplitud de esta definición radica la posibilidad de integrar a todas las formas del deporte y formular una propuesta para el deporte escolar que flexibilice la actual tendencia a reproducir, solamente, los deportes convencionales e institucionalizados, sin posibilidad de alterar su normativa y reglamentación.
Para ello, es necesario analizar el deporte desde una de sus dimensiones más flexibles y abiertas, aquella que se relaciona con su práctica recreativa, es decir, el deporte por lo que significa para el hombre y la mujer que miran al siglo XXI con la necesidad de reencontrarse con su corporeidad para lograr un autoequilibrio saludable, en un proceso acelerado de personalización, con el juego vital y dinámico que les ofrece cada forma deportiva y con una nueva posibilidad de relacionamiento social, que permita a los sujetos reafirmarse en el otro significativo, buscador de autonomía y libertad, y por ende, no proclive a la imposición, sino a la construcción conjunta y democrática de una nueva convivencia.
Es decir, el deporte inserto en la educación física como contenido mediador, adecuado a un tiempo posmoderno, para la autoafirmación y gratificación personal, no como meta exclusiva de un proceso normativo y uniformador
Esta tendencia, de educación para el uso activo del tiempo libre y la socialización en un marco de solidaridad y cooperación, permite partir de una base diferente para la construcción de aprendizajes deportivos por parte de los alumnos, como alternativa a la enseñanza tradicional.
Construir placenteramente, crear áreas lúdico-deportivas posibles, no es un logro menor, en el marco de una educación para la democracia y la independencia
Agonismo y competición en el deporte:
Agonismo significa desafío, lucha, una actitud de superación permanente del individuo, orientada en dos direcciones definidas cuando se relaciona con el deporte: a) la intención de superación de sí mismo, pugnando por alcanzar nuevas metas de realización personal o tratando de vencer una problemática desafiante; b) el deseo de superar a un oponente, vencerlo en competición directa o indirecta.
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La primera forma de agonismo deportivo puede fluir, a su vez, por dos vertientes: la superación de la propia instancia actual, en búsqueda de un mayor bienestar corporal y equilibrio personal o, a partir de una base de salud y óptima condición físicomotriz, intentar la superación de récords, personales o universales; en este último enfoque, aparece mixturada la competición contra quien estableció la marca a superar.
La segunda forma de agonismo se convierte en competición, cuando el paradigma imperante impone el enfrentamiento con el otro como única lógica del deporte.
Esta forma de entender el agonismo no es exclusividad del deporte; la tendencia a la superación a través del esfuerzo competitivo, aparece muy clara en el mundo del trabajo y la productividad.
Cuando el agonismo se canaliza hacia el enfrentamiento, hacia la ratificación de la supremacía personal o grupal sobre otro u otros, canalizando las pulsiones agresivas en una puja permitida y libremente aceptada, ingresamos en el terreno del denominado deporte de competición.
Posiblemente, esta denominación no es la más adecuada, ya que, de acuerdo a lo expuesto, en cualquier forma de expresión deportiva existe el factor competitivo, aún en las prácticas solitarias. Sin embargo, el sentido de esta adjetivación podemos encontrarlo en el énfasis dado a la competencia y su institucionalización. Dunning[5], luego de un extenso análisis sobre la dinámica del deporte moderno, concluye “...que la presión social ejercida sobre los deportistas en todos los países del mundo para que se esfuercen por ganar en las competencias internacionales es otro factor que incide en la destrucción del elemento lúdico del deporte. Además de esto, es el aumento del prestigio nacional que puede obtenerse triunfando en el deporte internacional lo que ha contribuido principalmente a que los gobiernos intervengan en las cuestiones deportivas, una tendencia que Huizinga deploraba. Se ha dicho que el deporte es un sustituto viable de la guerra, pero pensar así es ver el deporte como una abstracción, como algo independiente y alejado de las figuraciones de seres humanos interdependientes que toman parte en él. Esta es la cuestión central; si las figuraciones formadas por personas interdependientes, en el deporte como en los demás campos, conducen a la cooperación o a la rivalidad amistosa o si, por el contrario, generan constantemente una lucha seria.”
La diferencia radica en la intencionalidad del esfuerzo, que en el caso del deporte debería caracterizarse por su gratuidad y libre asunción, en un tiempo generado especialmente para jugarlo; sin embargo, la premiación al resultado tergiversa esta intencionalidad y perturba la valoración de los procesos. Sólo tiene valor el ganar.
Esta concepción competitiva del deporte, ha sido trasladada sin mayores variantes al ámbito escolar, a través de las competencias deportivas intercolegiales, organizadas en un símil total con las planeadas por las federaciones o instituciones que regulan el deporte de competición, generando confusiones sobre el sentido y forma de su práctica, en un ámbito que debe sustentar otros valores y perseguir distintos objetivos.
Este problema se refuerza porque los mismos docentes del área son formados para ser reproductores de los deportes convencionales y su organización tradicional, sin disponer de alternativas flexibilizadoras.
Si observamos el juego deportivo libre de los niños y los adolescentes, podremos darnos cuenta que el desarrollo de sus habilidades, el superarse y comprobar su superación en el contraste que producen los otros jugadores, es un factor altamente motivante para ellos, al no existir valores ni intereses agregados en sus prácticas informales.
En la medida que los educadores físicos comprendan cabalmente estas magnitudes del agonismo y los valores –o antivalores- que se agregan al juego deportivo, podrán trabajar con el deporte como medio real de educación, fortaleciendo la motivación natural para jugar, para jugar mejor, no para obligarse a ganarle al otro como finalidad dominante.
Existen muchas formas deportivas, tales como: el aerobismo, varios deportes en la naturaleza, el ciclismo, etc. donde prevalece el esfuerzo agonístico con un sentido de superación personal o de práctica activa para el mantenimiento de la condición física. Los componentes de competición y juego se diluyen desde una perspectiva tradicional de consideración; la competencia aparece como intención para vencer la dificultad de la práctica y el juego en la libre y espontánea elección de estas actividades y en el placer que representa el vencer metas personalmente autopropuestas.
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Un número cada vez mayor de personas se dedica a estas formas deportivas, pues ven facilitados los aspectos organizativos y de implementación que requieren las prácticas de deportes institucionalizados, las que no son accesibles masiva y simplificadamente, una vez egresados del sistema educativo. El manejo de los tiempos y espacios es independiente, permitiendo adecuar la práctica al tiempo libre que deja el trabajo o el estudio.
Crear esta conciencia deportiva debe ser una de las prioritarias tareas de los profesores de educación física en la escuela, ligado a una revisión de la gimnasia para dar respuesta a la construcción de una corporeidad auténtica y significativa
La Educación Física tiene aquí todo por decir y por hacer, utilizando estrategias didácticas que permitan a los/as niños/as y adolescentes alcanzar la comprensión de su corporeidad, descomprimir los mandatos exteriores y generar la libre asunción de sí mismo. La tradicional concepción de la gimnasia, racionalista, solemne y estereotipada, debe dar un vuelco hacia formas deportivizadas, realizadas en un clima lúdico, sin que ello signifique descuidar su finalidad y el efecto orgánico y/o corporal que produce.
1-2 EL DEPORTE ESCOLAR
¿Cuál es, entonces, la ubicación del deporte en la escuela? ¿De qué deporte debe hablarse con los alumnos y qué tipo de práctica promover en patios y canchas?
El deporte entendido predominantemente como juego deportivo, es el contenido lógico e indispensable que los profesores de educación física deben promover y desarrollar en la escuela, reflexivamente tratado con sus alumnos.
No puede seguirse sosteniendo, exclusivamente, una práctica deportiva discriminatoria, con organización institucional reproductora de esquemas propios de otros ámbitos e intereses y que no resulta pertinente para que la mayoría de los alumnos se inscriba en ella. Esto no significa que los alumnos con habilidades e intereses particularmente definidos hacia el deporte competitivo, no puedan participar en torneos organizados con tal finalidad, pero siempre que esto no atente contra la mayoría que pierde su única posibilidad de encontrarse con el deporte, cuando todos los esfuerzos –políticos, económicos, educativos- se centran en que una minoría disfrute de sus beneficios.
Desde esta perspectiva, los contenidos del deporte escolar toman otra dimensión: a) El fundamento técnico, pasará de ser una obsesión por su dificultad para ser aprendido en forma secuenciada y reiterativa, para aumentar al máximo posible la prestación personal, a constituirse en una habilidad construida sobre las posibilidades personales de actuación en un marco flexible y contenedor, que motive la búsqueda de mejores formas de actuación personal.
b)La táctica dejará de ser tratada, exclusivamente, como el medio para vencer al equipo oponente, convirtiéndose en resolución práctica, rápida y efectiva de situaciones que plantea el juego de conjunto, a partir de una comunicación e interacción inteligente con los compañeros del equipo.
c) Las reglas dejarán de ser marcos perentorios y rígidos, impuestos exterior y hegemónicamente, para ser reelaboradas en forma democrática, adaptando cada deporte o juego deportivo a las necesidades e intereses del conjunto de jugadores, en su contexto de vida.
d) El entrenamiento para vencer al oponente, remedo de la preparación del soldado para destruir al enemigo, duro y selectivo, dará lugar a actividades que incidan en el desarrollo corporal y orgánico desde la perspectiva de la salud y la prestación óptima y posible para incluirse en la práctica deportiva escolar, con seguridad y sin riesgos.
e) Los torneos deportivos organizados para ir eliminando a los menos capaces en etapas sucesivas, dejarán de ser la única alternativa de evento deportivo, al propiciarse los encuentros para jugar por jugar, con participación de los alumnos en su planeamiento y organización.
En síntesis, los aspectos conceptuales, procedimentales y actitudinales del deporte, considerado como contenido de la educación física, y por ende, de la educación, deberán ser revisados en el contexto de una renovada propuesta pedagógica, a través de estrategias didácticas que permitan a los alumnos alcanzar una comprensión de mayor alcance y profundidad del deporte como objeto cultural, una disponibilidad corporal amplia para practicar activamente diferentes formas de deporte o actividad deportiva y, lo que resulta fundamental, la toma de conciencia y la formación de habitualidad para la práctica deportiva permanente, cualquiera sea su forma y nivel de solicitud.
2- EL DEPORTE Y SUS Y SUS PROPÓSITOS
Las anteriores consideraciones sobre el deporte, sólo pretenden resignificarlo dentro del Diseño Curricular de Educación Física –por su fuerte impacto hacia el interior de la asignatura y su proyección social-, y fortalecer estrategias didácticas que posibiliten a todos los alumnos, en particular de EGB 3 y Polimodal, acceder a su aprendizaje.
Por esta razón, los propósitos para su tratamiento en la escuela, con relación a los alumnos, son los siguientes:
• Propiciar la inclusión masiva en actividades deportivas escolares diseñadas especialmente - desde su concepción, encuadre y metodología -, a tal efecto.
• Propender a una toma de conciencia de los beneficios de participar en actividades deportivas, por su relación con la salud y el disfrute activo del tiempo libre.
• Favorecer la asunción de valores éticos a partir de la práctica de actividades deportivas diseñadas pedagógicamente
• Facilitar la adquisición de competencias lúdico - motrices para el desempeño deportivo en situaciones formales y no formales.
• Promover la participación en la gestión de programas y actividades para el desarrollo del deporte escolar.
3- CONSIDERACIONES PEDAGÓGICAS
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La posibilidad de producir logros concretos en relación a los propósitos señalados, requiere considerar aspectos básicos:
3.1.El tratamiento pedagógico del deporte en las clases de Educación Física
3.2.El diseño de eventos deportivos que permitan la participación masiva de los alumnos
3.1. El tratamiento pedagógico del deporte en las clases de Educación Física
Este es el núcleo crítico. Todo profesor de educación física, con seguridad, dirá que siempre trata el deporte pedagógicamente; el problema reside en que, por lo general, no se realiza un análisis crítico para determinar si esto es realmente así.
Las siguientes preguntas pueden ayudar a este análisis:
• ¿Todos los alumnos y alumnas egresan del sistema escolar convencidos de que deben realizar actividad física y deportiva durante toda la vida o sólo se han ejercitado durante las clases, sin mayor reflexión, para cumplir con los requerimientos de determinado rendimiento físico y/o deportivo?
• ¿La gran mayoría de ellos tiene la oportunidad de participar en una competencia deportiva al alcance de sus posibilidades motrices, sociales y emocionales o esta posibilidad está reservada a los más talentosos, dentro de los encuadres del deporte convencional?
• ¿Logran un nivel de competencia lúdico-motriz como para practicar autónomamente, en situaciones informales –propias de la vida común-, distintos deportes, para recrearse e integrarse en un grupo de juego, según la circunstancia o lugar donde vive o se encuentra o durante su permanencia en la escuela han practicado un solo deporte, intentando alguna mejora técnica, en función de un modelo exclusivo y perfeccionista?
• ¿Se trabaja reflexivamente sobre el sentido del deporte, qué demanda cada una de sus formas de práctica, los beneficios y perjuicios de cada una de ellas, desde el punto de vista de la salud y la recreación o sólo se reproduce la práctica de alguno de ellos?
• ¿Se permite que los alumnos intervengan en la planificación de las actividades deportivas, favoreciendo la inclusión de los menos aptos o con dificultades de integración, para conocer sus puntos de vista y necesidades, antes de definir contenidos y expectativas de logro o, a partir de una planificación normativa y uniformadora, se trata de que todos se ajusten a ella?
• >¿Los deportes ha enseñar y aprender se determinan pensando en los contextos sociales donde los alumnos podrán seguir practicándolos, o sólo desde la decisión institucional o del profesor?
• Sobre la base de lo anterior ¿se analizan otras propuestas deportivas que los enriquezcan y les abran otras posibilidades de participación permanente en su comunidad o se reitera el único deporte que conocen?
• ¿Se utilizan métodos de enseñanza que permitan a los alumnos, a partir de situaciones de juego básicas ir construyendo la lógica del deporte, para incentivar un aprendizaje significativo de sus técnicas, tácticas y reglas o se utiliza un proceso lineal, uniforme y común para todos los alumnos, con secuencias determinadas externa y previamente?
• El concepto de equipo, ¿se utiliza para relacionarlo con otras actividades humanas –como las del trabajo-, donde hoy se busca preparar a los sujetos para asumir distintos roles, variar estrategias, cooperar aportando su capacidad al conjunto, utilizar los conflictos como punto de superación de una instancia del grupo para alcanzar otra superior, etc. o queda reducido a aprender roles y acciones técnico-tácticas prefijados, entrenados por constante reiteración para lograr mejores resultados deportivos?
• ¿Qué se evalúa para calificar a los alumnos con relación a sus aprendizajes deportivos:
• la ejecución de técnicas de acuerdo a un modelo teórico de buena ejecución, con un determinado rendimiento normatizado o la capacidad de resolver motrizmente y en forma acertada, situaciones durante el juego, aunque el patrón técnico no sea totalmente correcto;
• su inclusión en un esquema táctico, en un rol aprendido por repetición o la capacidad de comprender la lógica de atacar y/o defender, cooperando con sus compañeros;
• el relato memorístico del reglamento o la interpretación del sentido de las reglas, para poder, luego, retener las fundamentales y construir distintas posibilidades de juego,
• la asunción de valores éticos a a partir del tratamiento pedagógico de las situaciones conflictivas (trampa, agresión, etc.) o la obediencia a las reglas por temor a las sanciones?
Estos y otros cuestionamientos en la misma línea de pensamiento, y sus respuestas, permitirán determinar si en realidad se utiliza el deporte como medio educativo o, simplemente, se trata de que los alumnos aprendan un deporte prefijado, cerrado en sí mismo y, para muchos de ellos, escasamente significativo y rápidamente abandonado cuando egresen del sistema escolar.
A esto se agrega que, muy probablemente, no realicen ninguna otra actividad deportiva, como corolario de su insatisfacción por la actividad física vivida en la escuela.
3.2. El diseño de los eventos deportivos que permitan la participación masiva de los alumnos
El evento deportivo, ese momento diferenciado donde se concreta la máxima expresión de prestación de un deportista, no ha sido analizado en forma suficiente desde lo que aporta al deporte escolar.
Los encuentros deportivos convencionales, basan su estructura en el enfrentamiento entre competidores, donde alguien gana y alguien pierde, individualmente o integrando un equipo, utilizándose distintos tipos de clasificaciones para determinar con suma claridad, las posiciones entre los contendientes.
Los sistemas más comunes, se basan en la convocatoria normatizada a un determinado número de participantes y el enfrentamiento entre ellos, todos contra todos, sumando puntos o eliminándose a los que van perdiendo.
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Este último criterio, permite la rápida resolución de los ganadores y es el utilizado, por ejemplo, para organizar los Torneos Intercolegiales en todas las jurisdicciones, de modo que se puedan completar dentro de un año lectivo, las sucesivas etapas de participación, hasta coronar al campeón, ganador de la prueba o partido final.
La desventaja notable de este sistema, es la inmediata eliminación de los participantes más débiles, con su secuela de frustración y la imposibilidad de contar con otra oportunidad de jugar para aprender y mejorar su prestación. Los jugadores y equipos capaces y entrenados, avanzan al impulso de sus triunfos y de los estímulos anexos (viajes, premios, etc.), enfrentándose en competencias cada vez más duras y exigentes. El tiempo institucional y los costos en personal docente, viáticos, horas de clase no dictadas, etc., es relativamente alto, en función de la población escolar que se moviliza y satisface sus necesidades de práctica deportiva.
La intención del Programa de Deporte Escolar, es la producción de otras instancias de eventos deportivos, que permitan disminuir las desventajas que para los alumnos menos capacitados conlleva la anterior organización, sin privar a los que disponen de talento particular para el deporte, de las competiciones tradicionales y la posibilidad de realización personal, junto a la realización institucional de las escuelas a las que representan.
Para sentar las bases de un trabajo tendiente a lograr la participación masiva de alumnos, podemos volver a utilizar algunas preguntas de cuya reflexión surgirán, seguramente, interesantes ideas para organizar, junto con ellos, encuentros deportivos distintos.
• ¿Se realizan encuentros deportivos internos, con la colaboración de los alumnos en la selección de los deportes, en la organización y el desarrollo o es el Departamento de Educación Física quien lo determina?
• ¿Existe alguna fecha especial durante el año, donde todos los alumnos participan de alguna actividad física recreativa, no sólo en los deportes clásicos o no se ha previsto nunca ?
• ¿En alguna oportunidad se planteó un encuentro deportivo, con él o los deportes propios de la escuela, organizados con equipos mixtos o integrados con alumnos de distintos cursos y niveles, cuando aquellos lo permiten? En este caso, ¿se modificaron y adaptaron las reglas para permitir un nivel más parejo de competición? ¿O los únicos encuentros deportivos internos son torneos en que participan los seleccionados de cada curso o división, divididos en varones y mujeres?
• En caso de haberlo programado, ¿se aclaró a los alumnos, durante las clases de educación física, el sentido participativo y de práctica recreativa masiva del encuentro, trabajando con ellos los contenidos actitudinales correspondientes para que no se tergiverse en el momento de jugar, el concepto básico o esto quedó librado al azar?
• ¿Hubo acuerdo entre los profesores para sostener e incentivar esta idea que tiende a generar en todos los alumnos la confianza en que pueden jugar y pasarlo muy bien, a pesar de no jugar excelentemente, o la reticencia de algunos a salir de los moldes clásicos hizo fracasar en parte la actividad?
• ¿Se preparó a los árbitros para que dirijan los encuentros con sentido de favorecer el juego y trabajar las situaciones conflictivas que se produzcan, con sentido mediador y educativo, o sólo se los convocó para dirigir convencionalmente, con el estilo represivo o culpabilizado?
• ¿Podrían generalizarse estas ideas para programar encuentros deportivos de estas características en la zona o el distrito, con participación de varias escuelas o existen imposibilidades de distinta índole que lo impiden?
• ¿Se debería explicar a los alumnos de todas ellas, el sentido de estos encuentros, formando comisiones de profesores y alumnos para que discutan y programen encuentros de deportes simplificados y juegos deportivos que garanticen la participación masiva y exenta de la tensión de la competición entre escuelas, generadora en muchos casos de violencia gratuita, o se debe mantener como única alternativa de competición deportiva, el actual esquema?
4. PROPUESTA PEDAGÓGICO -DIDACTICA PARA EL TRATAMIENTO DEL DEPORTE EN LA ESCUELA
4.1. Con respecto al alumno
Ser Competente para la práctica deportiva
Ser Participante activo en el proceso de gestión del deporte
Se apropie de un concepto de deporte abierto y abarcador.
Comprenda en forma global la lógica y estructura de los deportes o juegos deportivos
Contextualice y adapte los deportes a la posibilidad de práctica real.
Amplíe su autonomía motriz para la resolución de situaciones en el juego y, por extensión, a otras situaciones de la vida cotidiana.
Internalice valores que se evidencian en la práctica deportiva
Actúe en la toma de decisiones que afectan su integración en prácticas deportivas.
Participe en la elaboración, organización y gestión de proyectos de actividad deportiva para todos.
Asuma el valor de la solidaridad y la cooperación para generar situaciones deportivas de alta calidad educativa.
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educativa.
4.2. Con respecto al docente
La posibilidad de modificar el sentido del deporte como contenido escolar, de acuerdo con lo hasta aquí desarrollado, requiere acciones concretas:
a) Diseño de un Proyecto Curricular de Educación Física –que incluya el deporte desde las perspectivas desarrolladas anteriormente-, integrado en el Proyecto Curricular Institucional, a partir del Proyecto Educativo Institucional.
b) Inclusión de los encuentros deportivos dentro del Proyecto, para que su estructura sea coherente con los objetivos perseguidos.
c) Sustitución de la enseñanza programada y directiva, por la enseñanza basada en la construcción del conocimiento deportivo, a través de situaciones problematizadoras con fuerte acento lúdico, reforzando esta propuesta didáctica, si ya se trabaja sobre la base de ella.
d) Consideración de que, en última instancia, lo fundamental para promover un cambio en la actitud de los alumnos hacia el deporte, es que el docente esté convencido de que este cambio es necesario y positivo, actuando en consecuencia.
5. La Clase de Educación Física en el contexto del Deporte Escolar
Finalmente, realizaremos algunas consideraciones sobre la clase de educación física, momento en el que se sintetiza y cobra vigencia real todo lo hasta aquí desarrollado, además de las planteadas en el punto 3.1.
Las mejores intenciones y los mejores proyectos, pueden concluir en una gran frustración, si la clase no responde a los cambios propuestos.
La experiencia indica que es difícil modificar las rutinas establecidas a través de una determinada práctica docente, sostenida sin cambios durante mucho tiempo.
Es clave para producir un cambio, que el docente se convenza, en principio, de la necesidad del mismo y lo discuta con sus colegas, para alcanzar acuerdos básicos.
Luego vendrá la reformulación de las estrategias de enseñanza, de la mano de una mayor apertura a la participación de los alumnos en las decisiones sobre qué y cómo enseñar y aprender, a partir de los lineamientos curriculares establecidos.
El alumno que percibe la clase preparada a partir de él y sus necesidades y no, solamente, desde las necesidades del docente y su planificación normativa, es el mejor gestor de una actividad didáctica dinámica, significativa y con el resultado de aprendizajes integradores.
En este contexto, el deporte escolar necesita de clases donde la participación de la totalidad de los alumnos se contemple con claridad y definición de las pautas que la hagan posible.
Con esta finalidad, se plantean las siguientes orientaciones didácticas:
• Considerar que los deportes sólo se aprenden jugándolos globalmente, en unidades de juego progresivamente más complejas, a partir de los saberes previos del grupo, sin preocupación inicial por el dominio técnico de sus fundamentos motrices.
• La construcción de la lógica del juego deben hacerla los alumnos, a partir del descubrimiento de los roles, formas de comunicación y contracomunicación que se suscitan en él, requerimientos motrices y orgánicos, que luego derivará, por parte de ellos mismos, en el requerimiento de enseñanza para progresar técnica y tácticamente, y mejorar su aptitud física.
Esto requiere pensar cada deporte como una estructura de relaciones que debe ser aprehendida inteligentemente por el alumno y actuar didácticamente en consecuencia.
• El abordaje de la táctica y la estrategia, como consecuencia de lo anterior, se debe realizar desde el planteo de situaciones a resolver por los alumnos, que deberán analizar, discutir, proponer, probar y comprobar, para definir la actuación del grupo.
• La técnica, para ser integrada significativamente, debe surgir de las dificultades que cada alumno encuentra para resolver las situaciones en que la lógica del juego la requiere. El problema fundamental a resolver es el nivel de juego que se plantea desde las posibilidades reales del grupo y de cada uno de sus integrantes, para que la técnica a incorporar sea coherente con la dificultad posible de superar.
• Las reglas son marcos referenciales que se desprenden de la lógica de cada juego deportivo, pero que además tienen connotaciones éticas y sociales. Este último punto, muchas veces ignorado en la práctica, es el más valioso educativamente para la formación de la conciencia democrática, basada en el reconocimiento y respeto del otro, fuertemente expuestos en la práctica deportiva.
• El concepto de entrenamiento, como consideración previa o paralela para una práctica deportiva con buen rendimiento técnico-motriz, no puede seguir sosteniéndose en el nivel escolar, por todas las consideraciones expuestas en este documento. El concepto de aprendizaje motor y desarrollo cualitativo de las capacidades orgánicas en la niñez y adolescencia, tienen que sustentarse en la escuela, desde la visión de la salud y el crecimiento armónico y no desde la máxima prestación posible.
• Finalmente, el concepto de recreación activa a través del deporte, debe primar sobre el concepto de rendimiento deportivo a través del entrenamiento selectivo, en el momento de planificar contenidos, actividades y expectativas de logro, si se pretende educar físicamente a la población para que realice actividad física durante toda la vida para elevar los índices de salud y calidad de vida.
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Estas orientaciones didácticas, suponen criterios y recursos de evaluación que permitan devolver a los alumnos el resultado de su actuación y cumplir con los aspectos administrativos de aprobación y acreditación.
Básicamente, la evaluación deberá tener en cuenta:
Los saberes previos de los alumnos para sentar los puntos de partida, en cuanto a:
• Competencia motriz general, manifestada en su habilidad para realizar, inteligentemente, las acciones motrices deportivas básicas: desplazarse, saltar, lanzar y recibir, etc., en situaciones de juego problematizadoras.
• La actitud inicial ante el deporte (rechazo, no inclusión, abandono del juego, participación parcial, etc.)
• Sus prejuicios respecto al sentido y finalidad de la práctica deportiva.
Posteriormente, durante el desarrollo del proceso de enseñanza:
• Comprensión de la lógica del juego, manifestada en la asunción de roles con definición de las acciones que corresponden al rol, la ubicación adecuada en el campo de juego y sus desplazamientos coherentes, la interpretación de las faltas o errores cometidos y su asunción, la dinámica corporal armónica y en equilibrio con las exigencias del nivel de juego planteado, etc.
• Resolución inteligente de las situaciones, manifestada en la oportunidad de sus desplazamientos, indicaciones verbales a sus compañeros, asunción de liderazgo cuando la situación ofensiva o defensiva lo requiere, etc.
• Superación de la actitud inicial ante la práctica deportiva, manifestada en inclusión directa en los equipos sin necesidad de solicitárselo, dinámica general durante el juego, comunicación con sus pares, etc.
• Avances en su prestación motriz, manifestada en la intención de mejorar los gestos técnicos por comprensión de su necesidad, mejor ubicación y actitud corporal para vencer la dificultad, adecuación de la técnica ideal a sus posibilidades personales y capacidad de resolución de los problemas motrices planteados por el deporte, etc.
• Intervención positiva en las situaciones conflictivas, con manifestación de criterios para jugar sin trampas, agresiones o desinterés.
• Participación en las conversaciones para adecuar los niveles de juego y exigencia técnico-táctica a las posibilidades de sus compañeros y del grupo en general o generar nuevos juegos o la inclusión de otros deportes.
• Participación en las actividades complementarias para permitir la actividad deportiva.
El registro del accionar de los alumnos en relación con los puntos anteriores –y otros que se determinen dentro del mismo modelo de consideración y tratamiento del deporte-, debe ser permanente, al igual que las devoluciones, para incentivar sus aprendizajes.
Finalmente, es importante plantear una tarea final de autoevaluación, con aporte de los registros efectuados por el docente en cuanto a los logros individuales observados y su incidencia, también, en el desarrollo deportivo del grupo.
[3]
Esta es una guía que toma aspectos de lo que se solicita en los otros organismos. Queda en esta dirección el archivo mediante el cual se preparó esta guía. En caso de que el Sr. Inspector Jefe lo crea conveniente solicitarlo al
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[5] Dunning, Eric. La dinámica del deporte moderno: notas sobre la búsqueda de triunfo y la importancia social del deporte.

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